USCA advierte: la torre remota de Vigo recorta operatividad y pone en riesgo vuelos esenciales
Tras el reciente anuncio de AENA de la inminente puesta en marcha de la torre virtual en el aeropuerto de Vigo, USCA denuncia que el proyecto puede suponer una grave degradación del servicio, limitando la operatividad de vuelos esenciales y comprometiendo el futuro de la instalación.
Según la información técnica disponible, el sistema remoto propuesto presenta deficiencias en la detección visual de aeronaves de pequeño tamaño y en condiciones meteorológicas específicas. Esta limitación conllevaría la imposición de restricciones horarias que impedirían la simultaneidad de vuelos visuales (VFR) e instrumentales (IFR).
Dichas restricciones impactan directamente en un tipo de vuelos esenciales para el aeropuerto de Vigo, como son los de transporte sanitario urgente, vigilancia aduanera, servicios de extinción de incendios o salvamento marítimo, así como los de escuela o vuelos privados. Además, las limitaciones operativas derivadas de esta configuración pueden provocar retrasos en las operaciones regulares, afectando negativamente tanto a las compañías aéreas como a los pasajeros.
El notable crecimiento de este tipo de operaciones que el aeropuerto ha experimentado en los últimos años se vería seriamente afectado por las limitaciones de simultaneidad que implica la nueva torre virtual, lo cual tendría un impacto en la conectividad y el desarrollo económico de Vigo y su comarca. Esta decisión supone un retroceso en el acceso a servicios esenciales para toda la ciudadanía, especialmente en zonas donde el transporte aéreo cumple una función crítica.
Cuesta comprender que una empresa como AENA, referencia internacional en gestión aeroportuaria, impulse un proyecto que reduce las capacidades operativas de un aeropuerto cuando ya existe una torre física plenamente funcional que permite la gestión simultánea sin restricciones.
En un contexto europeo donde la incorporación de tecnología va acompañada de criterios de excelencia y mejora del servicio, no parece admisible que en nuestro país se avance hacia un modelo que, lejos de mejorar la operativa, suponga un retroceso y una limitación para usuarios y operadores. No se puede vender como innovación un sistema que, en la práctica, impone más límites que el actual. La torre física existente ya presta este servicio sin restricciones y con plena garantía de seguridad.
USCA ya ha trasladado su preocupación a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), AENA, la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) y el sindicato SEPLA. Se ha solicitado la revisión del proyecto para que cualquier avance tecnológico garantice, como mínimo, el mismo nivel de servicio actual, siguiendo los estándares que se aplican en países de nuestro entorno. La innovación debe servir para mejorar el servicio, no para degradarlo.
USCA no se opondrá nunca a los avances tecnológicos que supongan mejoras en la calidad del servicio, pero sí a aquellas modificaciones que, disfrazadas de modernización, se aplican sin los estándares mínimos de calidad y seguridad que merecen tanto los profesionales como los ciudadanos.